lunes, 27 de diciembre de 2010

ABEL





ABEL mi niño de nácar
ABEL mi lámpara de agua
ABEL el pozo de mis manos
ABEL el silencio que estalla
ABEL lunita de mis ojos
ABEL el sol se pronuncia en tus labios
ABEL el río de mis sueños
ABEL mi risa continua
ABEL mi diosito santo
ABEL la carretera de mis labios
ABEL el ojo de mi luz
ABEL mi fuego y mi copal
ABEL mi lámpara de aceite
ABEL el mundo son tus brazos
ABEL algodoncito de azúcar
ABEL mi risa encarnada
ABEL mi encanto preferido
ABEL mi niño de agua
ABEL el ojo de mis manos
ABEL tu nombre es aire para mis pulmones
ABEL amo tu riñón
ABEL amo tus siete capas de piel
ABEL amo cada una de tus cicatrices
ABEL amo tus manos que son las mías
ABEL si te pronuncio
ABEL cada que te nombro
ABEL piensa que te escucho
ABEL aunque no te nombre
ABEL mi risa te recorre
ABEL mis ojos ya no son míos
ABEL mis manos ya no son mías
ABEL cada poro de mi tu piel


http://www.youtube.com/watch?v=_IT3F-dlSp0

viernes, 17 de diciembre de 2010

INVOCACIONES






A Ramón


Verde que te quiero

Verde, Velarde.
Ver Arde.

¿Verdad, Velarde?

La Vela que Arde en Velarde.

Vela que no Arda
Nuestra Suave Patria
Velarde.





Tanya
Poemas para Poetas
Colección El Celta Miserable
Ed: Letras de Pasto Verde

sábado, 4 de diciembre de 2010

Una ola rompe contra la patria de mi cuerpo


Carlos, Carlos, te repito como una letanía nunca olvidada. Te nombro como los hilos de mi patria. Te invoco. Para que no te mueras completo. Carlos. Para que nos dejes un tanto de ti cristalizado entre los marcos invisibles de los sueños entre ese mundo de los muertos que todo lo ven en blanco y negro y este mundo de los vivos que nada ven sino lo que la decadencia inventa. Carlos. Pronuncio tu nombre y brota arena de mi boca. Carlos. Una ola rompe contra la patria de mi cuerpo y me desgajo me deshago en colgajos. Una bandera ondea en mi ombligo. He conquistado otro planeta. Descubrí otro territorio para ensoñar. Carlos, somos una guerra continua, Carlos. Y yo sólo te pido. Que no te mueras completo, Carlos. Te lo ruego. Que nos dejes un tanto cuanto de ti y que en ese acto egoísta de ser un angelote no te vayas volando por todos los cuadros de la patria eterna que es el Universo. Te pido Carlos, sólo te imploro que te quedes un poco más. Que te acomodes como en el cine. A mirarnos. Quiero sentir tu mirada. Sobre nuestros movimientos, Carlos. Saber que merece la pena moverse. Que vale algo quedarse vivo en estos tiempos. Sólo para ser observados por ti. Por ti, Carlos. Ya no te muevas más de esos marcos. Quédate quieto para que te contemplemos. Quédate allí para que mientras nuestras equivocaciones danzan, tú puedas mirarnos. Y rectifiquemos la danza. La Palabra. El Canto. La Risa. La Risa, Carlos. Quédate para que puedas reírte de nosotros. Quédate con tus caballitos. Quédate con los sonidos de los muertos. Quédate con la Rosa de Jericó. Contempla su aroma. Su desierto. Yo te pido, Carlos. Que tus ojos nos contemplen. Que nos vean de vez en vez. Porque sin ángeles estos tiempos no pueden vivirse. Porque sin ángeles no merece la pena ni cruzar una calle. Porque sin un angelote que cuide los barrotes de las iglesias. Serán inmensos demonios los que se arrojarán sobre todos los suelos de la tierra. Necesitamos ángeles que vengan a lapidar todas las iglesias. Sólo pido que no te mueras. Que no nos renuncies. Que no nos abandones ni nos dejes de tu mano despojados. Que no nos dejes sin tu hambre. Pero si yo sólo te pido, Carlos. Que si te mueres completo también me mates. Porque yo sin ángeles no quiero contemplar los cielos. Dile a Rilke que amamos los ángeles aunque sean terribles. Que deje entrar a unos cuantos de sus elegías a pasear entre los rosales para que me espinen. Porque si tú. Porque si tú y Rilke y los ángeles nos han abandonado. Entonces ya no tiene sentido la respiración. Y si ahora respiro es sólo porque sé que aún hay ángeles sobre la tierra. Porque sino hubiera ángeles tendría que pegarme un tiro. Y en estos tiempos en estos lares nada importa quien se muere. Menos aún si se suicida. Así que sólo te pido solicito exigo con todos los colores de la patria Universal. Que te quedes. Que no te marches del todo. Que escuchemos juntos al Camarón de la isla. Que debemos reírnos aunque esto se convierta en manifestación. Y me río de tu risa y de tus marcos y de los espacios vacíos que ahora cubres. Y sólo te exigo, Carlos. Que aún respires aquí. Que te sientes en una silla como la de Van Gogh. A contemplarnos.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Homenaje a Macario Matus en Palacio de Mineria

“Cuando un poeta como él nace, muere el odio del mundo, y es algo que se festeja junto a la aurora”

Alfredo Cardona Peña





Dios de la lujuria

La lujuria o el amor
lo llamaron excesos del tigre silvestre, Ocelote, pues.
Estremecimientos instintivos
de los hombres como animales fieros.
Cómo no íbamos a ser como ocelotes
si nacimos de sus entrañas briosas.
El amor es entrega de felinos a lo loco
El amor es colmillos ensartados al cuello.
Lujuria es amar como todos los dientes,
pieles, garras, uñas, bigotes, ojos de gato.
Amar y ser lujurioso es ser animal y hombre.
Lujuriar y besar es ser mujer con hiel azucarada.
Cuando se acabe la tierra y sus dioses,
el amor y la lujuria presidirán la noche, el día.

Macario Matus



Macario Matus Gutiérrez nació el 2 de enero de 1943, poeta, cuentista y escritor de ensayos sobre artes visuales contemporáneos de México y Oaxaca, fue director de la Casa de la Cultura de Juchitán de 1979 a 1989. Premio del Museo Nacional de las Culturas Populares 1985, por el libro “Mi pueblo durante la Revolución”, con la obra “Juchitán Sol de la Esperanza” obtuvo el 3er premio en Certamen Internacional Sobre la Lucha de los Indígenas en América Latina, INBA, en 1980. Perteneció a la Asociación Internacional de Críticos de Arte (Francia-UNESCO) y a Escritores de Lenguas Indígenas A. C.

Entre las obras publicadas se encuentran; Antología: El estornudo de Don Lucio, Colibrí, Enciclopedia Infantil, SEP, 1979. Poesía Zapoteca, en La palabra y el hombre 48, Revista de la Universidad Veracruzana, Nueva época, 1983. Relatos Zapotecos, (Bilingüe), Lenguas de México, Culturas Populares, 1997. Cuentos de un Juchiteco, Ayuntamiento Popular de Juchitán Programa Casas del Pueblo, 1991. Mentiras, de Juchitán, con xilografías de Demian Flores, Fundación Guiée Xhúuba, 1996. La Niña y el Lagarto, Ponte en mi Lugar, cuentos para niños, Cuadernos de Educación Ciudadana-FONAFE, 2003, Antología Poética, 1969-1998, Grabaciones del proyecto radiofónico “La flor de la palabra”, 2003.

Su poesía se encuentra concentrada en los libros: Biulú, Neza Cubi, 1969. Palabra Desnuda, Casa de la Cultura del Istmo de Tehuantepec, 1977. Negra Canción. Ayuntamiento Popular de Juchitán, 1982. Luto y memoria (1968-1980), Casa de Cultura de Juchitán y Oaxaca, 1985. La noche de tus muslos, Casa de Cultura de Juchitán y Oaxaca, 1986. Juchitán en el Tiempo, Casa de la Cultura de Oaxaca, 1988. Lemura, Fundación Guiée Xhúuba, Praxis, 1994. Poerótica, La Tinta del Alcatraz, 1995. Antología Poética, Radio Educación, 1995. Canción de Eros, Praxis, 1997. Laja del Tiempo, UAM, 1998. Los Zapotecos (poesía en zapoteco y español), Culturas Populares-FONCA, 1998, etcétera.

Slow Moscow

La pequeña giganta aristócrata Ana Ajmátova (1889-1996)


Mi amadísima Ana Ajmátova a la que Stalin llamó la Monja-Puta. A la que cuando se formó para visitar en la cárcel a su hijo preso le preguntaron que si podía ser capaz de describir eso y ella dijo que sí y escribió un libro bellísimo: "Réquiem". La que se bebía, cuentan, diariamente, una botella de vodka, a la que retrató Modigliani y tantos otros que la admiraron y amaron. Cuadros que nacieron de su espíritu a través del pincel y los colores de los pintores que seguramente ella también amó. Mi hermosa Rusa Poeta que un día me habló y no ha dejado de hablarme, es una de las mujeres que me permiten seguir con vida y suelo evocarla continuamente. Fue acusada de traición, deportada, intentaron silenciarla pero no lo lograron nunca. Les molestaban también sus actitudes aristocráticas. Su cuerpo en sí mismo era aristocrático, sus manos deletrean poemas. Sus actitudes de una fineza absoluta. Aquí algunos de sus poemas:


El poeta

Piensas que esto trabajo, esta vida despreocupada
Escuchar a la música algo y decirlo tuyo como si nada. Y el ajeno scherzo juguetón meterlo en versos mañosos Jurar que el pobre corazón gime en campos luminosos. Y escucharle al bosque alguna cosa y a los pinos taciturnos ver Mientras la cortina brumosa de niebla se alza por doquier. Tomo lejos o a mi vera, sin sentir culpa a mi turno Un poco de la vida artera y el resto al silencio nocturno.


Sótano Del Recuerdo

Es pura tontería que vivo entristecida

y que estoy por el recuerdo torturada.

No soy yo asidua invitada en su guarida

y allí me siento trastornada.

Cuando con el farol al sótano desciendo,

me parece que de nuevo un sordo hundimiento

retumba en la estrecha escalera empinada.

Humea el farol. Regresar no consigo

y sé que voy allí donde está el enemigo.

Y pediré benevolencia… pero allí ahora

todo está oscuro y callado. ¡Mi fiesta se acabó!

Hace treinta año se acompañaba a la señora,

hace treinta que el pícaro de viejo murió…

He llegado tarde. ¡Qué mala fortuna!

Ya no puedo lucirme en parte alguna,

pero rozo de las paredes las pinturas

y me caliento en la chimenea. ¡Qué maravilla!

a través del moho, la ceniza y la negrura

dos esmeraldas grises brillan

y el gato maulla. ¡Vamos a casa, criatura!

¿Pero dónde es mi casa y dónde mi cordura?



Cuando la luna es de melón...

Cuando la luna es de melón una tajada en la ventana
Y en redor es la calina cerrada la puerta y la casa encantada

Por las azules ramas de glicinas y en la fuente de arcilla hay agua fría

Y la nieve del paño y arde una bujía de cera
Tal que en la niñez, mariposas zumban

La calma, que no oye mi palabra, retumba

Entonces de lo negro de rincones rembrandtianos algo se ovilla de pronto

Y se esconde allí a mano, pero no me e
stremezco, ni me asusto siquiera...
La soledad en sus redes me hizo prisionera
El gato negro el alma me mira, como ojos centenarios
Y en el espejo mi doble
es tal vez mi contrario.



Voy a dormir dulcemente, buenas noches, noche.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Para Carlos Edmundo de Ory


Sino existen los ángeles... ¡que alguien los invente!

Tumba de Julio Verne con Laura Lachéroy de Ory y Carlos Edmundo de Ory
Amiens, Francia

lunes, 1 de noviembre de 2010

Mi palabra/ tragaluz que informa/ lastre de felices. Mi palabra es palabra hueca/ cubierta de cuevas/ donde ofician muertos.

Niños con cabeza en mano saltan

niñas con vagina en sangre juegan

el niño mete la mano en la sangre

la sangre grita a carcajadas,

lleva la cabeza del niño.

Niño y niña encuentran la cabeza

la meten en la vagina.

Niño en niña cantan:

- A la víbora víbora de la mar, de la mar

por aquí podemos pasar, el que sangre mucho

pierde y el que no, no ganará.

*

Sobre manos de muertos danzan vivos

de un lado a otro les empujan

como pelotas de juego

cantan y barullan su porvenir

fincan sus manos en las ajenas

el espacio es transitorio

luego cantan los otros

como triunfadores de partidos

con caras vestidas de colores.

La danza sigue implacable,

revierte nombres, pensamientos, eco de sueños,

vestidos unos y otros sin diferenciar

enumeran sus ausencias.


Ven cómo esquilma

un hombre a otro hombre.

*

Uno pensaría que a los muertos les da por cogerse de los brazos

hacer rondas o fiestas oscuras aprovechando el desconocimiento de la muerte

pero permanecen tranquilos o intranquilos como cuando vivieron.

En los cementerios parece que en verdad el alma es inmortal y se perpetúa.

¿A dónde van cuando no es día de muertos?

¿por qué entienden que ese día reciben?

se abrirá un espacio entre el aire y la noche

donde emerge un lugar para que los vivos conversen

los ángeles traigan el te o los demonios la comida

o hay una mesa para los muertos que se recarga sobre los vivos

quizá ningún día están allí.

Ven la inutilidad del esfuerzo que hicieron

desde algún lugar secreto para el hombre

se ríen y se van con las manos cruzadas tras la espalda

reconociendo la gran pérdida

de la invención de la fábula y la ingenuidad de creer.


Quizá un día son ellos quienes nos visitan

tras ladrillos y maderos que hemos inventado para dormir.

Ellos están allí esbozando una gran sonrisa

sin saber que nosotros también los miramos.



¿En una ronda de muertos y vivos cuál será el muerto?

*

Mi voz apesadumbrada se llena de dunas donde brota la arena como si allí hubiera nacido.

El sol se repliega ante mi vista.

Veo a todos mis muertos, sus ausencias y todos los sueños que nunca debieron existir

porque el sueño lo vivimos y lo demás son pesadillas.

Los ojos son tan anchos y el corazón tan grande

como este llano que algún día estuvo en llamas

quieren incendiarle pero él les incendia de pesadillas

no se atrevan a tocarle.

Ahora te entiendo Dulce María Loynaz hay que amar tu tierra

y trabajarla como Zapata... aunque sea con letras.

Porque aunque mis letras para los hombres de mi tiempo poco valgan

la arena que brota por mis poros me llama a incendiarme en ella

y en sus mares y montañas y en todos los que colmamos esta extensión del mundo.

El corazón nos llama y nosotros acudimos a escucharle.

Mientras un país tenga quien le cante

ese país tendrá esperanza y también sus hijos y sus padres

y el mundo aprenderá a amarse por encima del incendio

a colmarse con los ojos abiertos y la guerra bien errada.

Pensaremos en Symborska hablando al Eclesiastés: ven, que yo

te mostraré todo lo que aún hay bajo el sol.

Aunque cita fidedigna o no

qué habrá dicho Shakespeare y lo que las ediciones y traducciones se llevaron.

Mi voz ha recuperado el canto de siglos

por ella hablan rostros que a través de la hoja tiemblan.

Si se quiere que algo exista hay que nombrarlo

y yo me nombro y nombro a este país mundo a un tiempo

en que se embriagará no sólo de risa y llanto sino de luz

dentro de ella respiraremos como por el costado hambriento de Dios

antes nos comía en oscuridad

ha perdido el miedo y se dejará alumbrar

-nos seguirá comiendo-

pero podremos verlo.

Poemas del libro Ronda de muertos. Editorial Andrógino/VersodestierrO. Ciudad de México, 2005


jueves, 28 de octubre de 2010

Adriana Calcanhotto -- Devolva-me - Clipe Oficial

Jadea un tic/tac/tic/toc

Una tristeza/incalculable/
un vacío/extraño/
una acumulación/de dolores/
la incapacidad/para vivir/
para/entender/
es/alarmante/
ajena/ajena/ajena/
con una ajenitud/que no pertenece/
a nada/
a nadie/
soledad/humanamente/absurda/
sensación/despojo/abandono/
un tic/tac/interminable/profundo/
jadea/en mis entrañas/
la niña/escondida/en lo abisal/
asustada/de nuevo/sorprendida/
de ver/el sol/la luna/
cuando todo/debería/
haber/terminado/ya

domingo, 24 de octubre de 2010

Te regalo mis cobijas y mis risas

Te regalo/mis cobijas/
mis risas/
hago resonar/
nuestra risa/
en tu corazón/

aparta/
tu tristeza/
no dejes/
que se acerque/
tanto/

soy eso/veneno/
que desbarata/todo/

///yo/// muy lejos/

derribaste/
nuestros caminos/

pero hay cientos/
miles/
millones/
de lugares/
para caminarse/

te regalo/mis cobijas/
te regalo/tus risas.

sábado, 23 de octubre de 2010

MANOS


Me he buscado en google/twitter/facebook/en las páginas rotas de cada diario/en las entrañas de cada calle que he recorrido/en cada ciudad//país//pueblo//casa//hábitat// en las manos de cada ser que se ha cruzado a mi paso/me encontré/en mis vidas pasadas/en otros planos/ahora lo sé/por fin puedo quedarme callada//un poco//unas manos pequeñas//unas manos sin líneas//de vida y muerte//han pedido que me quede/y me quedo/para que cuando llegue/me encuentre.

viernes, 22 de octubre de 2010

Pa quien no sabe: "Crónica de una muerte anunciada" "Un tranvía llamado deseo" y "Cuatro cuartetos" los escribió... tarán.. José Emilio Pacheco!!!

Durante la entrega de la "Medalla al Mérito en las Artes" por parte de los diputados mexicanos a José Emilio Pacheco, Christian Vargas dijo que la obra literaria de este autor por la "que se quita el sombrero" es "Crónica de una muerte anunciada". Pero esto no es lo más... ¿extraño? Edith Ruiz Mendicuti, "Presidenta de la Comisión de Cultura de la ALDF" también presumió las grandes obras escritas por este insigne escritor mexicano: "Un tranvía llamado deseo" y "Cuatro cuartetos". Las cuales, sorprendentemente también, ¡han sido traducidas al inglés!. Pero lo que más me gusta es lo soñadores que pueden ser algunos escritores: Tennessee Williams (1911-1983) soñó que escribió "Un tranvía llamado deseo". T. S. Elliot (1888-1965) soñó que escribió "Cuatro cuartetos" y García Márquez, en esta tónica del sueño, pues también se puso a soñar, y escribió: "Crónica de una muerte anunciada". No cabe la menor duda de que este país, con este tipo de declaraciones, es un país de ensueño. El surrealismo que Breton decía conforma a este país... me deja una duda... ¿a qué se refería con esto? esto significará ir al sur de la realidad, o surrar zurrar en cada realidad (zurrar surrar una manera vulgar y un poco arcaica que aún se utiliza por tierras jaliscienses de vez en cuando, y por lo visto, en todo el país) por lo menos esta comisión de cultura hace gala de esta forma en que se denomina a la expulsión excrementicia.

José Emilio Pacheco, autor de Alta traición. Hermoso y terrible poema multicitado, que por lo visto en las curules de cultura no conocen. Tendremos que decirlo aún millones de veces hasta que resuene en los oídos de estos diputados. Necesito citarlo además porque coincido con él a pesar de estos... ¿cómo llamarlos? errores de dedo... de lengua... de no lecturas... de menosprecio, falta de atención y respeto hacia lo que generan los escritores, los artistas, en esta patria. Venga:


Alta traición


No amo mi patria.
Su fulgor abstracto
es inasible.
Pero (aunque suene mal)
daría la vida
por diez lugares suyos,
cierta gente,
puertos, bosques de pinos,
fortalezas,
una ciudad deshecha,
gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas
-y tres o cuatro ríos.







miércoles, 20 de octubre de 2010

hambre

Tengo hambre. Siempre he tenido hambre. Como tod@s nací con hambre. No sé si tod@s sigan con Hambre. Nada ni Nadie ha podido saciar mi hambre. Ningún cielo, ningún infierno, ningún sueño deseo o pesadilla. Nada. Ninguna ignorancia, ningún conocimiento ha sido paliativo para mi Hambre. Nadie. Tengo Hambre. Hay quienes se acostumbran a vivir con hambre. Esa es la peor de mis hambres. Acostumbrarme al Hambre. No me resigno. Seguiré hambrienta. Seguiré en el Alambre.

domingo, 3 de octubre de 2010

INVOCACIÓN A MARINA/NON SERVIAM/A QUIEN PRETENDA///ROMPERME///


En cada viaje/algún poema/flor/silencio/me acompañan/Invoco/ a mi querida/ Marina Tsvietaieva/me acompañe/al siguiente/ puerto/avión/camino/botas/que atraviesan/ los tentáculos/ del destino/vamos/MUJER/que aquí andamos/las libres/que terminamos/ahorcadas/encerradas/enmanicomiadas/NON SERVIAM/al hombre/ hombres/mujeres rotos/que se empeñan en romperme/¡MARINA!/acompáñame/MI AMAZONA/llévame/a buen puerto/tibio/a unos brazos/que de verdad/abracen/ven, Marina/desde el MAR/que nos somos/MARINA/llévame/donde mi cuello/no lo partan/ni quiera yo/partirlo/llévame, Marina/suave/a/LA VIDA.




Un poema de Marina

El poeta

"
El poeta trae de lejos la palabra.
Al poeta lo lleva lejos la palabra.

Entre sí y no, por baches indirectos
de parábolas, signos, planetas,
hasta lanzándose desde el campanario
agarra un garfio, pues el camino del cometa

es el camino del poeta. Casuales eslabones
ése es su enlace. Mirar las estrellas
de nada sirve! en el calendario
no se pronostican los eclipses del poeta

él es el que desordena los naipes,
falsea el peso y las cuentas,
el preguntón en el pupitre,
el que a Kant para el arrastre deja.

El que en el pétreo foso de la bastilla
es como un árbol que crece en su belleza...
aquél de huellas siempre desaparecidas,
él que es el tren al que cualquiera
llega tarde,
su camino es el de los cometas.

El camino del poeta arde pero no calienta,
arranca pero no cría, estalla y se quiebra.
Tu camino es el de enredadas cabelleras,
no pronosticado en el calendario del poeta.
"



Marina Tsvietaieva. Nació en Moscú. Después de que su marido fue fusilado y su hijo enviado a trabajar en un campo de minas, se ahorcó un 31 de agosto de hace muchos años o pocos, dependiendo la perspectiva. Padeció el horror de Stalin y el de los nazis. Padeció y gozó la piedra fundacional del SER poeta.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Fragmento de Instrucciones para un descenso al infierno




El hombre, como un gran árbol,
se resiente con las tormentas.

Brazos, rodillas, manos,

demasiado rígidas para el amor;

como el árbol que resiste al viento.

Pero lentamente despierta,

y en el bosque oscuro

el viento separa las hojas

y la bestia negra sale con estrépito de la cueva.

Amor mío, cuando digas:

"Aquí se desató la tormenta,

aquí estuvo ella,

aquí la bestia fabulosa",

¿contarás también
cómo nos besamos por vez primera con labios cerrados, asustados,
y nos tomamos de las manos, temerosos,
como si un pájaro durmiera entre ellas?
¿Dirás:
"Fue el pequeño pájaro que me atrapó"?


Doris Lessing

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Extracción de nación: buscar el Edén








Ayer, 15 de septiembre. Pocas ganas de levantarme. Mi cuerpo era una nuca completa adherida al suelo del colchón. Encrucijadas: ¿hoy es día para festejar? ¿Y sino festejan, entonces qué les queda? en una ocasión, cuando me quejaba agria sobre el país, la situación, la inconciencia de los demás, en fin... un amigo se me quedó viendo y me dijo: ah... así que tú quieres que ellos estén como tú... ¿cómo? así, cuestionándose todo... sin poder estar del todo tranquilo nunca. ¡No! no quiero que estén así, conmigo me basta. Y así es. A mi alrededor hay gente de to y pa to. Unos festejaron, otros se avergonzaron, otros iracundos, indignados, otros soñándose Adelitas, Hidalgos o Zapatas. Sino fuera porque aún hay seres en el mundo que me mueven, porque aún hay cosas que me gustan, que me atraen, sino fuera porque aún me enamora este mundo, el día de hoy hubiera permanecido acostada. Sin mirar ni al viento. Escuchando a lo lejos los gritos, las tamboras, los mariachis, los cuetes, las expresiones de júbilo porque tienen cuatro o cinco días libres. Entonces entendí: están festejando el puente. Este presidente que tenemos no es tan tonto. O tiene asesores un poco listos. Sino fuera por este gran puente vacacional... quizá muchos no estarían brincoteando como ahora lo hacen. Qué hago... salgo con mi carnaval funesto a derrumbarles las pocas alegrías que aún les quedan. No. Conmigo tengo. Yo no tengo nada que festejar y ese es mi problema. Me quedo con el pico cerrado. Me mantengo alerta mirando al suelo de la patria enrarecerse. Miro resquebrajarse los cimientos. Hay algo que ya no somos. Hay algo que nunca hemos sido, y que sería el tiempo ideal para hacerlo: verdaderos mestizos. Un mestizaje real. Desde hace años salía yo con mi garganta a punto de quebrarse, resquebrajarse, con el cuerpo recto sin permitir que se derrumbara. Salía, Cassandra, para anunciar esto. Para que vieran lo que sucedería. Mi garganta no se quebró. Mi voz sigue llena de visión. Mis manos aún están abiertas. Mi cuerpo continúa con vida. Cuántas veces he querido abandonar este país. Irme lejos, donde la realidad no fuera tan funesta. Y ahora que la realidad es tan aplastante, tengo cierta tranquilidad. Me gusta que haya sucedido lo que preveía. Me gusta, quizá por cuestión de ego, de decir: "yo lo dije". Por supuesto que no he sido la única. Muchos, muchas, lo hicimos. Me considero como un animal que percibe el tsunami. Corrí a destiempo. Mientras todos se preguntaban: ¿qué le pasa? ¿qué traes? y ahora lo que me pasaba y lo que traía ya no me pasa a mí, sino a la mayoría de la población. Antes todos o casi todos festejaban a mi alrededor. Ahora no. Se han dividido profusamente las visiones. Y yo me quedo aquí, como el enterrador de Hamlet mirando la calavera del bufón. Recordando los tiempos en que a este país casi todo le caía en gracia. Todos aquellos que se manifestaban, que urgían que algo estaba pasando, eran sólo "agitadores sin nada mejor que hacer". Recuerdo que en las marchas siempre nos mandaban a trabajar. He dejado de marchar. He dejado de callar las fiestas, de enojarme porque otros bailan mientras el país se derrumba. Nunca me ha gustado juzgar. Puedo comentar, vacilar. Pero no determinar. Recuerdo que en una ocasión quise callar a alguien frente a Elena Garro, era una investigadora literaria. Y me indignaban sus opiniones tan facilonas (ante mi punto de vista) y de pronto le dije: no... tú no puedes hacer eso, no puedes pensar así. ¿Verdad, Elena? y según yo como un buen gato, había pronunciado las palabras correctas, merecía una felicitación y además apoyo para mi postura. Elena de inmediato me dijo: Ella puede pensar lo que quiera. No le debes imponer nada a nadie nunca. Claro que he terminado imponiendo en más de alguna ocasión y he tenido que tolerar lo mismo de otras personas hacia mí. Pero en general procuro no hacerlo. Así que no puedo juzgar a los millones de mexicanos que trabajan en horarios de oficina, o en trabajos agotadores y que perciben salarios miserables. En una nación en la que se asesinan a diario de forma muy violenta. Donde caminan las mismas calles y hablan el mismo idioma, asesinos y muertos. Probablemente cada familia en este país ya vivió el secuestro de algún amigo o familiar. Después de que algunos tenían como su mayor orgullo a su conocido o amigo narco y ahora es o debe ser su mayor verguenza. En un país en que los salarios, las prestaciones, la calidad de vida sigue siendo baja, no me atrevo a decirles: ¿y por qué festejan?. Además al mexicano todavía le queda un poco de eso que lo ha distinguido: danzar sobre la muerte. Un zapateado sobre las tumbas. Y no las del Pére Lachaise o Montmartre, que son visitas obligadas en París de cualquiera que haya leído más de un libro, incluyéndome entre esos cualquiera. No. No son esas lindas tumbas de seres trascendidos que puedes encontrarlos a través de un mapa. Hablo de los panteones donde los perros se abalanzan sobre los huesos, de los tristes panteones del tercer mundo. De los panteones de países como Colombia y México. Las calles panteones de estas naciones. Supongamos: en una calle de alguna ciudad mexicana mataron a tres, al día siguiente ya estarán comiendo tacos de nuevo sobre esa calle. Ninguna culpa tienen las bocas, ni las calles, ni los tacos. Quién o qué tiene la culpa: los huesos por existir, la carne por morirse, el embrión por venir a nacer a una nación como esta, o los panteones por su existencia. Tan fácil que sería que todos los cadáveres se quedaran, como se quedan, en cierta forma, a través de pequeñas cruces o llantos familiares enredados en las calles. Que tuviéramos que saltar literalmente cadáveres. Una de dos: o nos estremecía y entonces sí nos poníamos entre todos a buscar soluciones, o nos acostumbrábamos y jugábamos Rayuela brincando sobre cada cuerpo. Y entonces Cortázar aparecería con todo su rostro de niño grande hablándonos de París. De la maga. De Oliveira. Fugarme a los libros. Esconderme de la vida. Hacer un pacto de sangre de nuevo con las hojas. O acudir de nuevo a la Pacha Mama. Enredarme como barbacoa en hojas de plátano y que me pongan al fuego, que me entierren aunque sea un rato para que mi carne termine de cocerse. Multiplicarme como los peces, como el pan, para que este pueblo donde se me ocurrió nacer tuviera pa tragar. Tragarme yo misma. Devorarme. Pero cocida. Así cruda no puedo comerme. Mi carne arroja sangre por todas las vértebras. Esto me recuerda la primera vez que vi a un campesino en huelga de hambre. Fue en los portales de Morelia, Michoacán. ¿Qué acto injusto se había cometido contra ellos? no lo recuerdo. Pero el hombre moreno estaba dentro de una casa de campaña. Metí mis narizotas. Le pregunté qué le pasaba. Él con un poco de voz me djo que si yo era periodista. Le dije que no. Sus poros exhudaban sangre. Me sentí identificada con él. Pero me sorprendía que existiera gente así. Yo consideraba que a mí no me habían dejado elegir. Que simplemente había sido hecha para exhudar sangre. Y peor tantito, porque nadie lo notaba. Ni siquiera tenía una casa de campaña. Aparentemente tampoco una causa clara. Nunca he pertenecido a ninguna ONG. Nunca he formado parte de ningún grupo que pelee por tal o cual cosa. He sido mala luchadora social. Porque yo no quiero dar la vida por nadie. En lugar, quiero que más gente continúe viva, y baile, y cante. Después entendí que a este campesino, a este hombre, le sucedía lo mismo: que tampoco tenía opción. Que en países como este no es mucho lo que se puede elegir. A pesar de esto, me gustaría que los niños y adolescentes de este país no tuvieran que despertarse cada día escuchando que aparecieron otras cabezas en tal o cual lado, o que los encobijados o entambados, o que una balacera, o que secuestren a su tío, o a su padre, o a ellos mismos. O que no tengan más opción que organizarse en la delincuencia. Otra encrucijada: si salgo y les digo, les grito, les azoto... ¡cómo se atreven a festejar! Entonces... ¿las muertas de Juárez resucitarían? ¿habría más empleos? ¿el presupuesto destinado a cultura sería mayor? ¿habría mejores películas y mejores libros? ¿habría mejores hospitales? ¿escuelas multiculturales por todo el país? ¿las mujeres dejaríamos de ser vistas como carne a perpetrar? ¿los niños podrían ser niños sin tener que ver todos esos periódicos y noticieros llenos de sangre? ¿los salarios aumentarían? ¿los países desarrollados dejarían de ejercer su poder aplastante sobre nosotros? ¿el sol saldría de otro lado, la luna se vería por fin completa y las estrellas estarían tan cerca que podríamos colgarnos de ellas para irnos a pasear a otra ciudad o país? ¿me dejaría de pesar todo el cuerpo como si fuera una nuca atada a la tierra cuarteada? no. no. y no. Y me disfrazo entonces de Carnaval Italiano, y festejo mi silencio. Mi piquito cerrado. Y no porque callada me vea más bonita (que es una expresión que deploro) sino porque logré no burlarme de nadie que en este país quiera festejar. Y nadie se ha burlado de mi encierro. Descubro que necesito extraer la piedra de la nación. Tal como Hyeronimus Bosch extrajo la de la locura en una de sus /pinturasvisiones/// visioneslienzo/ ¿Locura y nación comulgan en algún instante? /locura= nación///nación=locura/
Llego a la conclusión: no más ideologías ni fronteras. No me considero mexicana. Ni siquiera humana. Soy un animalito que por alguna razón equivocada ha tenido que venir a coexistir a este planeta. Y lo ha encontrado muy bonito. Muy lleno de cosas raras y excéntricas, como tener que pensar en un país o en una nación o en una fiesta o en dos. Tener que ser libres cuando en sí mismos lo somos. La mayor libertad es amar. Y eso fue lo que me despegó de la cama, y lo hizo de tal forma que aún siendo casi otro día, no puedo conciliar el sueño. El impulso de seguir viva. Respirar el mismo aire que respiran en este momento en cualquier país o continente de la Tierra. Hoy tuve entre mis manos tierra roja. Me la tragué. Extendí el pacto del papel a la tierra, puesto que el papel viene de la madera y la madera viene de la Tierra. Y comprendí más allá de lo que siempre he comprendido, que todo está interconectado. Y que si polvo soy, quiero ser por lo menos un polvo que canta. No quiero ser el pinole que atasca las lenguas y no permite hablar con fluidez. Quiero que todo y todos hablen y callen cuando les dé la gana. Quiero que me sigan dejando hablar y callar, cuando mi nuca lo decida.


jueves, 2 de septiembre de 2010

Loco afán


Es afán de locos robar fotos

del álbum familiar

es afán de los olvidados

los que se quedaron sin nada:

“un día fuiste feliz”

“un día perteneciste a una familia”

“un día fuiste delgado delgada grande pequeño”

“un día alguien te recordó a alguien recordaste”


En ese afán nos afanamos por dejar de afanarnos en buscar

el álbum el recuerdo el vestido el pantalón

el silencio se apoltrona en nuestros huesos

las fotos adheridas al plástico antiguo se nos revelan.

No son fotografías para ver en computadoras en dvd o en el móvil

son esas, las que se arrancan con dificultad de años adheridas

como si la piel despegara en tiernas heridas

preparándose para partir olvidando los amores el deseo

las sábanas también mojadas inmóviles nuestro sexo derritiéndose

despegándose al hueso de donde un día partieron todos los impulsos gritos alegorías

y placeres que esas cámaras tampoco captaron.

Que estas cámaras tampoco captarán.

Ese nimio instante efímera que se vuelca sobre los cumplir años

donde aparece el pastel la vela los que te querían a los que querías

hasta a los que no, la usanza de la época los peinados las risas

que parecen haber pasado de moda pero los cuerpos estáticos

prendados de la vida de la foto del álbum de la familia

desde tu cama de enfermo los miras al desaparecer.


Esas fotos nos dejaron para siempre sin enfermar sin envejecer.

Retrato de Gray desde donde ahora caes como si el clavo que te sostenía

en equivocación de manos lo hubieran despegado.

La pared nueva hay que pintarla el cuadro viejo, hay que cambiarlo.


Y tú en tus fotos alardeando juventud.


Es afán de locos, afán de locas, hurgar álbumes familiares

creer que los conoces, que te conocen, que te conociste que fuiste.

Afán de locos hurgar en las tumbas en las camas de enfermos

en el quedo mirar de los viejos en el callado recuerdo de la piel

que un día fue joven en la espalda recta los senos el pecho erecto

los pasos rápidos y las palabras que se muerden por no encontrar

la boca de la que provenían.

Afán de locos, afán de locas, buscarse en fotos.


Pero lindo afán afanarse por encontrar la vida en algún lugar.


Esas fotos desde el papel impreso te recuerdan lo brillante

brillo que dormía al sol a la luna a los astros todos

desde las palabras virginales palabras soeces sorprendidas digeridas

que como fuente emergían del plato de la mesa donde la madre contaba tus plumas

tu padre te aleccionaba al vuelo y tus hermanos hermanas brincaban

sobre la gelatina del papel sumergido.


Ah, qué afán delirante el buscarte entre las hojas del álbum

entre las hojas de aquel árbol que desde tu cama de enfermo miraste.


Descubrir si tu paso es aéreo o eterno

si es verdad la luz de la que hablan

correr al círculo donde el chiquitín del Gigante egoísta te recibirá

para que todos tus paraísos tus sueños que se marchitaban en el álbum

se te cumplan todos.


Entre flores blancas, rojas, moradas, amarillas

coronas y cruces que el hombre dispone para el que se va,

emerges a la tierra sorprendida.


Tus viejos ojos son nuevos

tu cuerpo límpido y cristalino atraviesa los vidrios del aire

para encontrarse con esos clavos con esa risa con ese amor

que nunca ninguna de tus fotos pudo retratar.

(De Callado, Cayado. 2001-2004)

sábado, 24 de julio de 2010

Máscara de cuerpo completo

Me quito la máscara
la descuelgo de mi rostro
la arranco de mis senos
de mi sexo
la extirpo de entre
los dedos del pie
la despojo de mi espalda
y la cuelgo en el armario.
A veces me pregunto:
¿Habrá que lavarla?

martes, 20 de julio de 2010

Poesía




Poemas de Tanya Cosío, Marco Fonz y Carlos Edmundo de Ory.

Paul Celan "Todesfuge (Death Fugue)" Holocaust Poem Animation




Paul Celan

Madre mía, pienso que tú eres una madre
como lo era la madre de Paul Celan...
¿Madre mía, cómo es posible que asesinaran a tantas madres?
Madre mía, ayúdame a comprender
cómo la mano se vacía sobre el agua
cómo una gota puede correr sobre el corazón de la rosa y dejarla intacta.
Enséñame la diferencia entre una gota y otra que caen de distinto lacrimal.
Madre mía, Paul Celan tenía una madre.
Madre mía, Paul Celan tenía un padre.
Padre mío, dime cómo siendo Padre
permitiste que a tus hijos Padres
que a tus hijas Madres
un viento las condensara.
¿Es que tú no existes Padre?
¿Es que tú no existes Madre?
Por la madre, el padre, y el hijo Celan
Oro
Oro por sus versos
Oro por sus llantos
Oro por tantos
cuerpos incinerados delgados que como llagas se elevan bajo tu sombra.
¿De cuáles sombras brota tu sombra?
¿Bajo cuál luz tus ojos dejarán de ser oscuros?
¿Cuántas Madres y Padres yacerán bajo tu yugo?
¿Cuántos hijos caminarán bajo el espectro que no alumbra y sin embargo seca?
PADRE MÍO
¿Es que tú escuchas el llanto de mi Madre que bajo su propia sombra se acurruca?
Madre, hay muchas Madres y Padres que caminan bajo el sol...
¿Es bajo el sol que asesinan?
¿Bajo la miopía de la luna?
¿O es que el Padre y la Madre se quedaron tuertos y sólo a ellos se alumbran?
Es que está quieta la Tierra
mira en silencio el derrumbe
nadie calla y nadie grita
sólo los cuerpos derrumbados en polvo
entregan su cuota
para que alguien un día, se arroje
sobre el río
-a buscar-
no un guijarro sino la gota que cayó

sobre una rosa

-que fueron siete-

¿y que sobre un poema nos alumbran?
Madre, Padre
coloquen sus cabezas bajo la luz de Celan
que en versos nos alumbra
bajo la penumbra de su corazón.
Es a nuestro pueblo grande a quien canta
aunque otros se empeñen en diferencias
a fuerza de desgarrar gargantas y entrañas
digan –esto es distinto-
Y sólo sea una Madre y un Padre
de un Celan -Antschel- quienes cayeron.

¿Madre, a cuántos asesinan al día?
¿Padre, quién no era tu hijo?


Del plaquette Poemas para Poetas. Colección El Celta Miserable.
Ed: Letras de Pasto Verde, 2007

lunes, 12 de julio de 2010

KAREN VALLADARES. POETA HONDUREÑA

MIS OJOS

Mis ojos no son ya aquellas calles solitarias y muertas,
la piedra que golpea la tibia mirada que no observa.

No son los trenes que avanzan cargados de gente,
sin nombre,
sin cuerpo,
sin sombra,
sin sueño y sin amorío.

Mis ojos ya no cruzan la soledad,
aquella flor vacía que cae lento en cualquier agujero.
Ya no son lunas y cielos deshojados.
Ya no son
lágrimas, ni dolor.
Ni agua que se pudre en otras aguas.

Mis ojos

ya tienen un color y no precisamente el de la noche
.


Me vale verga todo

A: Mayra


No me angustia este poema triste, porque de verdad no me importa la tristeza,
así como tampoco me importan las canciones de despecho,
las canciones asesinas.

Hay temporadas en las que me hartan todas las cosas,
el amor, los vestidos y los accesorios; las voces
y los malditos amigos.

Empiezo a creer que es necesario morir de vez en cuando,
sin importar que nos extrañen.
Me entierro sola.
Te entierro sola
donde se pudran las estrellas y se cuajen los cielos de aburrimiento.

Pienso reivindicarme, reivindicar y matar a aquel cabrón
que un día me jodió la existencia con la suya.

Ya nadie quiere vivir en esta mierdisima vida de angustia y rutina.
Hay que crear un fin del mundo pronto
y poner como regla tácita y expresa: jamás volverá a existir ningún génesis.
Porque estoy segura que nadie quiere volver a vivir
y ser el mismo


Viene llegando la tarde

A: Rosemary, Nidia, Alma Lagos.


La tarde viene llegando,

sombría,

opaca,

media muerta.


Mi casa no tiene jardines, ni sol, ni sombra en los patios.

Ni voces en los pasillos. Me hiere profundamente la soledad de

las persianas

y todo el silencio me ahoga.

Aquí soy yo, allá, en otro sitio, me convierto. No sé en qué, pero

lo hago.


Aquí no vienen las palabras todos los días

o solamente los domingos.

Aquí no hay poesía en ningún sitio. Nadie olvida la distancia y

sus colores bipolares.



Aquí nada vale. Todo ha muerto. El silencio ha vuelto a

posesionarse de mi boca.


He amanecido sin querer a nadie. Voy yendo despacio a

cualquier parte donde mi voz reconozca tu nombre. Hay un

charco de silencio afuera de la casa ¿Y qué digo entonces? ¿Qué

pienso entonces?


La tarde no refleja nada.

Viene llegando la tarde: oscura, solitaria.

Viene rugiendo, como si en verdad fuese un monstruo.


Karen Valladares. Poeta, escritora, gestora cultural, critica de literatura, abogada. Obras publicadas: Ciudad inversa, y publicaciones en diferentes periódicos del país nacional y extranjero, antologada en: Sociedad Anónima, Honduras, 2017 nuevos poetas contemporáneas de América latina, miembro fundador del movimiento de literatura poetas del grado cero, ex miembro del grupo taller Máscara suelta, y del taller literario Edilberto Cardona Bulnes, miembro fundador y coodirectora de la revista de literatura Metafora, miembro de la Asociación nacional de escritoras de Honduras, miembro del colectivo Artistas en resistencia contra el golpe de Estado de Honduras.


domingo, 11 de julio de 2010

Para Tadeusz Rósewicz (Radomsko,1921)


Tadeusz

Sí es posible la humanidad después de la Soah, Tadeusz
sí que es posible con tus viejas hermosas Rosewicz
sí que es posible la humanidad después de Acteal
después de Hiroshima después del GULAG después de Irak.
Sí que la humanidad es posible mientras existas
mientras la flor palabra no se marchite
mientras los árboles y los niños sigan brotando de aldeas y ciudades.
Sí que es posible la humanidad querido Tadeusz porque la humanidad
también es la Soah y antes y después
porque la humanidad es la sangre.
Bulgakov ha dicho: donde la sangre cae crecerán viñedos.
Tan sólo es posible la humanidad y el humano
mientras exista el vino y nos lleve a los tiempos iniciales
donde a las mujeres los hombres nos arrastraban
nos comíamos entre nosotros y ni moral ni religión ni sueños ni muerte
existían.
De eso hace siglos tantos que ya olvidamos que un día empezamos
sobre la Tierra que aún no terminamos
y que la humanidad es posible mientras un humano sangriento cruel veraz
amable viejo hermosa silencioso pequeño gigante insincero o bocaza
exista.
Siempre la humanidad es posible después de antes de primero que último de
porque la humanidad es la caída de la gota silenciosa
la gota primera donde la fuente se deshace y de allí nace
el humano. La humanidad es una cuestión primera de dos
donde nace otro o más.
La humanidad está en la cama en el lecho de los jardines automóviles o pisos
de allí crece y se vuelve menos o más humana.
Pero la humanidad es el nacimiento el abrir las piernas nacer en medio de sangre
cubiertos en sangre desmantelados en sangre.
Y lo primero es lo último, irse también en sangre, animales yertos
con ojos oblicuos mirando de nuevo a la humanidad.
Lo atroz no es la Soah ni la guerra ni los delirios colectivos ensañados.
Lo brutal es no darnos cuenta de cuánta sangre llevamos de cuánta saña.
La humanidad completa es el GOLEM. Una parte de nosotros accionó en la Soah
otra parte de nosotros reacciona ante la flor y la palabra.
Toda una parte de mí se conmueve ante tu CUENTO SOBRE LAS VIEJAS FEAS
mientras toda otra te responde: es posible la humanidad mientras poetas como tú existan.



Del plaquette Poemas para Poetas. Colección El Celta Miserable.
Ed: Letras de Pasto Verde, 2007

Carta abierta a Shakespeare





Querido Hamlet:

La miríada de insectos te consumía.
Ay, pequeño Hamlet, creías
que el Olimpo estaba en la tierra
que los pasos son tan altos
como el aire que consumen.
Ay, pequeño príncipe-Rey
a veces me miro en tus ojos
y descubro la inutilidad del alba
la destreza de la noche
para consumir todo lo que brilla.
El juego era más pequeño, más quieto
un pequeñísimo juego para un pequeño
príncipe un pequeño rey una pequeña reina
un pequeño mundo: Éste.
Te creías en el campo de los gigantes
que vivías un tiempo maduro
donde los frutos tenían que crecer y consumirse
sin ser devorados.
Ay, pequeñísimo Hamlet fruto de Shakespeare
fruto del fantasma del hermano y la cuñada
tanto has existido que de la mano del gran poeta
has contado tu historia.
La historia de los que miran de tú a las estrellas
no cabe en un mundo tan pequeño
en lugares con mirar tan estrecho
en caminos que del alba al despertar desaparecen.
Tú, mar tormentoso que te deshacías en Dinamarca
en Inglaterra en el viaje tortuoso de la dignidad
que le apostabas al aire como si el aire
en su complicidad espantosa con el árbol
no arrancara las raíces completas de las cabelleras
no se atreviera a azotar los más límpidos cabellos de Ofelia.
Ay, mi queridísimo pequeño Hamlet
tus pasos tan grandes en tan pequeñas parcelas de tierra no cabían,
tus lanzas coloradas tu sangre envenenada
envenenar quería al globo terrestre.
Los venenos que aquí se consumen son tenues
bifurcados bien señalados por los orificios de los oídos.
Tus grandes venenos, que compartes con el poeta, ésos, los sueños,
aquí no caben, porque este es un pequeñísimo juego
que a diario se juega en campo llano en estadios repletos
de quienes gritan porque otros van tras la pelota.
He allí el juego verdadero, el que tú, Shakespeare,
el que tú, Hamlet, no sabes jugar: el fútbol.
El correr unos contra otros, coludir con árbitros
involucrados con quienes alrededor arracimados
se desgañitan y desgarran, por lo que algunos hasta se matan.
Ah, príncipe, cómo matar por un reino cómo llorar por un muerto.
Ah, poeta, cómo hablas del amor, del odio, de los celos, de incomprensión
si este mundo es tan pequeño, pequeñísimo, que el mundo entero
se juega por una copa de fútbol.


Del plaquette Poemas para Poetas