miércoles, 24 de octubre de 2012

EL ARTE COMO SACRIFICIO

Asistí a una pequeña sesión sobre "El arte emergente en Chiapas". Uno de los artistas participantes comentó que había estudiado en Florencia y en Berlín. Si mal no recuerdo cinco años en cada país. Pero de nuevo el vicio de decir "Aquí no existe ni punto de comparación con Europa". Con una sonrisa de desprecio que es lamentable puesto que al tiempo que dicen esto se están degradando a sí mismos. Sería tan simple que se quedaran en dichos países... ya que si yo creyera esto, entonces estaría viviendo en ese continente y no estaría perdiendo mi tiempo entre montañas y LUZ. El escuchar esto me hizo recordar de nuevo a Heine con aquello de que algún día llegaría el arte de la felicidad. Si el arte es "universal" según cuentan, ¿por qué no se puede crear o generar arte "trascendental" o como se le quiera llamar, en otros puntos de la Tierra? (y eso que la Tierra no es todo el Universo). Si hay una característica del arte occidental es justamente el sacrificio, el sufrir como detonante, durante siglos se ha establecido esta característica principal. Existen quienes sufren o se ponen en el padecimiento más terrible simplemente para "creerse" artistas o "convertirse" en artistas... ah! pero existen aquellos peores... que se meten a una escuela, a estudiar para "ser artistas". ja! y esa es una costumbre muy occidental, con la cual no estoy de acuerdo. Quizá es verdad que viene el arte de la felicidad y lo más probable es que no venga de occidente puesto que bien sabido es que occidente desde hace mucho tiempo cayó en una decadencia y en una repetición del grito y la agonía reprobable. Justo con estas profecías mayas que se van acercando y que se vislumbraron de manera tan correcta hace siglos en las cuales, entre otras cosas fementidas y reales, nos cuentan que las personas se verán tal cual son, se descorrerán los velos... algo así como aquel cuento de El traje que vistió el emperador. También he incurrido en el sufrimiento mis palabras también provienen del dolor. Pero no del inventado ni del pretendido sino del real que ahora pretendo transformar en algo luminoso, en buscar la vida que deseo a través del arte, de la literatura, enloquecer a las palabras y volverlas cuerdas para después picarles el ombligo y hacerlas sonreír. Creo que el arte no es un sacrificio mayor a aquel que llevan a cabo por ejemplo los campesinos con largas jornadas bajo el sol o con cosechas quemadas o inundaciones. O los mendigos que día a día tienen que buscar un lugar para guarecerse o la comida para seguir subsistiendo. Ciertamente considero que dedicarse al arte y literatura es un privilegio. Claro, y un gran atrevimiento ante los embates del capitalismo atroz y el absurdo imperante en la mentalidad humana. La mayoría de las personas actualmente están sujetas a normas  que casi son contra natura por lo terribles. En dado caso, todo es un sacrificio o todo es un gozo. En el gozo prefiero instalarme.

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