lunes, 12 de julio de 2010

KAREN VALLADARES. POETA HONDUREÑA

MIS OJOS

Mis ojos no son ya aquellas calles solitarias y muertas,
la piedra que golpea la tibia mirada que no observa.

No son los trenes que avanzan cargados de gente,
sin nombre,
sin cuerpo,
sin sombra,
sin sueño y sin amorío.

Mis ojos ya no cruzan la soledad,
aquella flor vacía que cae lento en cualquier agujero.
Ya no son lunas y cielos deshojados.
Ya no son
lágrimas, ni dolor.
Ni agua que se pudre en otras aguas.

Mis ojos

ya tienen un color y no precisamente el de la noche
.


Me vale verga todo

A: Mayra


No me angustia este poema triste, porque de verdad no me importa la tristeza,
así como tampoco me importan las canciones de despecho,
las canciones asesinas.

Hay temporadas en las que me hartan todas las cosas,
el amor, los vestidos y los accesorios; las voces
y los malditos amigos.

Empiezo a creer que es necesario morir de vez en cuando,
sin importar que nos extrañen.
Me entierro sola.
Te entierro sola
donde se pudran las estrellas y se cuajen los cielos de aburrimiento.

Pienso reivindicarme, reivindicar y matar a aquel cabrón
que un día me jodió la existencia con la suya.

Ya nadie quiere vivir en esta mierdisima vida de angustia y rutina.
Hay que crear un fin del mundo pronto
y poner como regla tácita y expresa: jamás volverá a existir ningún génesis.
Porque estoy segura que nadie quiere volver a vivir
y ser el mismo


Viene llegando la tarde

A: Rosemary, Nidia, Alma Lagos.


La tarde viene llegando,

sombría,

opaca,

media muerta.


Mi casa no tiene jardines, ni sol, ni sombra en los patios.

Ni voces en los pasillos. Me hiere profundamente la soledad de

las persianas

y todo el silencio me ahoga.

Aquí soy yo, allá, en otro sitio, me convierto. No sé en qué, pero

lo hago.


Aquí no vienen las palabras todos los días

o solamente los domingos.

Aquí no hay poesía en ningún sitio. Nadie olvida la distancia y

sus colores bipolares.



Aquí nada vale. Todo ha muerto. El silencio ha vuelto a

posesionarse de mi boca.


He amanecido sin querer a nadie. Voy yendo despacio a

cualquier parte donde mi voz reconozca tu nombre. Hay un

charco de silencio afuera de la casa ¿Y qué digo entonces? ¿Qué

pienso entonces?


La tarde no refleja nada.

Viene llegando la tarde: oscura, solitaria.

Viene rugiendo, como si en verdad fuese un monstruo.


Karen Valladares. Poeta, escritora, gestora cultural, critica de literatura, abogada. Obras publicadas: Ciudad inversa, y publicaciones en diferentes periódicos del país nacional y extranjero, antologada en: Sociedad Anónima, Honduras, 2017 nuevos poetas contemporáneas de América latina, miembro fundador del movimiento de literatura poetas del grado cero, ex miembro del grupo taller Máscara suelta, y del taller literario Edilberto Cardona Bulnes, miembro fundador y coodirectora de la revista de literatura Metafora, miembro de la Asociación nacional de escritoras de Honduras, miembro del colectivo Artistas en resistencia contra el golpe de Estado de Honduras.


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