Libro de los Méritos de Vida
jueves, 2 de septiembre de 2010
Loco afán
Es afán de locos robar fotos
del álbum familiar
es afán de los olvidados
los que se quedaron sin nada:
“un día fuiste feliz”
“un día perteneciste a una familia”
“un día fuiste delgado delgada grande pequeño”
“un día alguien te recordó a alguien recordaste”
En ese afán nos afanamos por dejar de afanarnos en buscar
el álbum el recuerdo el vestido el pantalón
el silencio se apoltrona en nuestros huesos
las fotos adheridas al plástico antiguo se nos revelan.
No son fotografías para ver en computadoras en dvd o en el móvil
son esas, las que se arrancan con dificultad de años adheridas
como si la piel despegara en tiernas heridas
preparándose para partir olvidando los amores el deseo
las sábanas también mojadas inmóviles nuestro sexo derritiéndose
despegándose al hueso de donde un día partieron todos los impulsos gritos alegorías
y placeres que esas cámaras tampoco captaron.
Que estas cámaras tampoco captarán.
Ese nimio instante efímera que se vuelca sobre los cumplir años
donde aparece el pastel la vela los que te querían a los que querías
hasta a los que no, la usanza de la época los peinados las risas
que parecen haber pasado de moda pero los cuerpos estáticos
prendados de la vida de la foto del álbum de la familia
desde tu cama de enfermo los miras al desaparecer.
Esas fotos nos dejaron para siempre sin enfermar sin envejecer.
Retrato de Gray desde donde ahora caes como si el clavo que te sostenía
en equivocación de manos lo hubieran despegado.
La pared nueva hay que pintarla el cuadro viejo, hay que cambiarlo.
Y tú en tus fotos alardeando juventud.
Es afán de locos, afán de locas, hurgar álbumes familiares
creer que los conoces, que te conocen, que te conociste que fuiste.
Afán de locos hurgar en las tumbas en las camas de enfermos
en el quedo mirar de los viejos en el callado recuerdo de la piel
que un día fue joven en la espalda recta los senos el pecho erecto
los pasos rápidos y las palabras que se muerden por no encontrar
la boca de la que provenían.
Afán de locos, afán de locas, buscarse en fotos.
Pero lindo afán afanarse por encontrar la vida en algún lugar.
Esas fotos desde el papel impreso te recuerdan lo brillante
brillo que dormía al sol a la luna a los astros todos
desde las palabras virginales palabras soeces sorprendidas digeridas
que como fuente emergían del plato de la mesa donde la madre contaba tus plumas
tu padre te aleccionaba al vuelo y tus hermanos hermanas brincaban
sobre la gelatina del papel sumergido.
Ah, qué afán delirante el buscarte entre las hojas del álbum
entre las hojas de aquel árbol que desde tu cama de enfermo miraste.
Descubrir si tu paso es aéreo o eterno
si es verdad la luz de la que hablan
correr al círculo donde el chiquitín del Gigante egoísta te recibirá
para que todos tus paraísos tus sueños que se marchitaban en el álbum
se te cumplan todos.
Entre flores blancas, rojas, moradas, amarillas
coronas y cruces que el hombre dispone para el que se va,
emerges a la tierra sorprendida.
Tus viejos ojos son nuevos
tu cuerpo límpido y cristalino atraviesa los vidrios del aire
para encontrarse con esos clavos con esa risa con ese amor
que nunca ninguna de tus fotos pudo retratar.
(De Callado, Cayado. 2001-2004)
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