Libro de los Méritos de Vida
lunes, 27 de diciembre de 2010
ABEL
ABEL mi niño de nácar
ABEL mi lámpara de agua
ABEL el pozo de mis manos
ABEL el silencio que estalla
ABEL lunita de mis ojos
ABEL el sol se pronuncia en tus labios
ABEL el río de mis sueños
ABEL mi risa continua
ABEL mi diosito santo
ABEL la carretera de mis labios
ABEL el ojo de mi luz
ABEL mi fuego y mi copal
ABEL mi lámpara de aceite
ABEL el mundo son tus brazos
ABEL algodoncito de azúcar
ABEL mi risa encarnada
ABEL mi encanto preferido
ABEL mi niño de agua
ABEL el ojo de mis manos
ABEL tu nombre es aire para mis pulmones
ABEL amo tu riñón
ABEL amo tus siete capas de piel
ABEL amo cada una de tus cicatrices
ABEL amo tus manos que son las mías
ABEL si te pronuncio
ABEL cada que te nombro
ABEL piensa que te escucho
ABEL aunque no te nombre
ABEL mi risa te recorre
ABEL mis ojos ya no son míos
ABEL mis manos ya no son mías
ABEL cada poro de mi tu piel
http://www.youtube.com/watch?v=_IT3F-dlSp0
viernes, 17 de diciembre de 2010
INVOCACIONES
Verde que te quiero
Tanya
Poemas para Poetas
Colección El Celta Miserable
Ed: Letras de Pasto Verde
sábado, 4 de diciembre de 2010
Una ola rompe contra la patria de mi cuerpo
sábado, 20 de noviembre de 2010
Homenaje a Macario Matus en Palacio de Mineria
Alfredo Cardona Peña
La lujuria o el amor
lo llamaron excesos del tigre silvestre, Ocelote, pues.
Estremecimientos instintivos
de los hombres como animales fieros.
Cómo no íbamos a ser como ocelotes
si nacimos de sus entrañas briosas.
El amor es entrega de felinos a lo loco
El amor es colmillos ensartados al cuello.
Lujuria es amar como todos los dientes,
pieles, garras, uñas, bigotes, ojos de gato.
Amar y ser lujurioso es ser animal y hombre.
Lujuriar y besar es ser mujer con hiel azucarada.
Cuando se acabe la tierra y sus dioses,
el amor y la lujuria presidirán la noche, el día.
Macario Matus
Macario Matus Gutiérrez nació el 2 de enero de 1943, poeta, cuentista y escritor de ensayos sobre artes visuales contemporáneos de México y Oaxaca, fue director de la Casa de la Cultura de Juchitán de 1979 a 1989. Premio del Museo Nacional de las Culturas Populares 1985, por el libro “Mi pueblo durante la Revolución”, con la obra “Juchitán Sol de la Esperanza” obtuvo el 3er premio en Certamen Internacional Sobre la Lucha de los Indígenas en América Latina, INBA, en 1980. Perteneció a la Asociación Internacional de Críticos de Arte (Francia-UNESCO) y a Escritores de Lenguas Indígenas A. C.
Entre las obras publicadas se encuentran; Antología: El estornudo de Don Lucio, Colibrí, Enciclopedia Infantil, SEP, 1979. Poesía Zapoteca, en La palabra y el hombre 48, Revista de la Universidad Veracruzana, Nueva época, 1983. Relatos Zapotecos, (Bilingüe), Lenguas de México, Culturas Populares, 1997. Cuentos de un Juchiteco, Ayuntamiento Popular de Juchitán Programa Casas del Pueblo, 1991. Mentiras, de Juchitán, con xilografías de Demian Flores, Fundación Guiée Xhúuba, 1996. La Niña y el Lagarto, Ponte en mi Lugar, cuentos para niños, Cuadernos de Educación Ciudadana-FONAFE, 2003, Antología Poética, 1969-1998, Grabaciones del proyecto radiofónico “La flor de la palabra”, 2003.
Su poesía se encuentra concentrada en los libros: Biulú, Neza Cubi, 1969. Palabra Desnuda, Casa de la Cultura del Istmo de Tehuantepec, 1977. Negra Canción. Ayuntamiento Popular de Juchitán, 1982. Luto y memoria (1968-1980), Casa de Cultura de Juchitán y Oaxaca, 1985. La noche de tus muslos, Casa de Cultura de Juchitán y Oaxaca, 1986. Juchitán en el Tiempo, Casa de la Cultura de Oaxaca, 1988. Lemura, Fundación Guiée Xhúuba, Praxis, 1994. Poerótica, La Tinta del Alcatraz, 1995. Antología Poética, Radio Educación, 1995. Canción de Eros, Praxis, 1997. Laja del Tiempo, UAM, 1998. Los Zapotecos (poesía en zapoteco y español), Culturas Populares-FONCA, 1998, etcétera.
La pequeña giganta aristócrata Ana Ajmátova (1889-1996)
Mi amadísima Ana Ajmátova a la que Stalin llamó la Monja-Puta. A la que cuando se formó para visitar en la cárcel a su hijo preso le preguntaron que si podía ser capaz de describir eso y ella dijo que sí y escribió un libro bellísimo: "Réquiem". La que se bebía, cuentan, diariamente, una botella de vodka, a la que retrató Modigliani y tantos otros que la admiraron y amaron. Cuadros que nacieron de su espíritu a través del pincel y los colores de los pintores que seguramente ella también amó. Mi hermosa Rusa Poeta que un día me habló y no ha dejado de hablarme, es una de las mujeres que me permiten seguir con vida y suelo evocarla continuamente. Fue acusada de traición, deportada, intentaron silenciarla pero no lo lograron nunca. Les molestaban también sus actitudes aristocráticas. Su cuerpo en sí mismo era aristocrático, sus manos deletrean poemas. Sus actitudes de una fineza absoluta. Aquí algunos de sus poemas:
Piensas que esto trabajo, esta vida despreocupada Escuchar a la música algo y decirlo tuyo como si nada. Y el ajeno scherzo juguetón meterlo en versos mañosos Jurar que el pobre corazón gime en campos luminosos. Y escucharle al bosque alguna cosa y a los pinos taciturnos ver Mientras la cortina brumosa de niebla se alza por doquier. Tomo lejos o a mi vera, sin sentir culpa a mi turno Un poco de la vida artera y el resto al silencio nocturno.
Sótano Del Recuerdo
Es pura tontería que vivo entristecida
y que estoy por el recuerdo torturada.
No soy yo asidua invitada en su guarida
y allí me siento trastornada.
Cuando con el farol al sótano desciendo,
me parece que de nuevo un sordo hundimiento
retumba en la estrecha escalera empinada.
Humea el farol. Regresar no consigo
y sé que voy allí donde está el enemigo.
Y pediré benevolencia… pero allí ahora
todo está oscuro y callado. ¡Mi fiesta se acabó!
Hace treinta año se acompañaba a la señora,
hace treinta que el pícaro de viejo murió…
He llegado tarde. ¡Qué mala fortuna!
Ya no puedo lucirme en parte alguna,
pero rozo de las paredes las pinturas
y me caliento en la chimenea. ¡Qué maravilla!
a través del moho, la ceniza y la negrura
dos esmeraldas grises brillan
y el gato maulla. ¡Vamos a casa, criatura!
¿Pero dónde es mi casa y dónde mi cordura?
Cuando la luna es de melón una tajada en la ventana
Y en redor es la calina cerrada la puerta y la casa encantada
Por las azules ramas de glicinas y en la fuente de arcilla hay agua fría
Y la nieve del paño y arde una bujía de cera
Tal que en la niñez, mariposas zumban
La calma, que no oye mi palabra, retumba
Entonces de lo negro de rincones rembrandtianos algo se ovilla de pronto
Y se esconde allí a mano, pero no me estremezco, ni me asusto siquiera...
La soledad en sus redes me hizo prisionera
Y en el espejo mi doble es tal vez mi contrario.
Voy a dormir dulcemente, buenas noches, noche.
viernes, 19 de noviembre de 2010
viernes, 12 de noviembre de 2010
lunes, 1 de noviembre de 2010
Mi palabra/ tragaluz que informa/ lastre de felices. Mi palabra es palabra hueca/ cubierta de cuevas/ donde ofician muertos.
Niños con cabeza en mano saltan
niñas con vagina en sangre juegan
el niño mete la mano en la sangre
la sangre grita a carcajadas,
lleva la cabeza del niño.
Niño y niña encuentran la cabeza
la meten en la vagina.
Niño en niña cantan:
- A la víbora víbora de la mar, de la mar
por aquí podemos pasar, el que sangre mucho
pierde y el que no, no ganará.
*
Sobre manos de muertos danzan vivos
de un lado a otro les empujan
como pelotas de juego
cantan y barullan su porvenir
fincan sus manos en las ajenas
el espacio es transitorio
luego cantan los otros
como triunfadores de partidos
con caras vestidas de colores.
La danza sigue implacable,
revierte nombres, pensamientos, eco de sueños,
vestidos unos y otros sin diferenciar
enumeran sus ausencias.
Ven cómo esquilma
un hombre a otro hombre.
*
Uno pensaría que a los muertos les da por cogerse de los brazos
hacer rondas o fiestas oscuras aprovechando el desconocimiento de la muerte
pero permanecen tranquilos o intranquilos como cuando vivieron.
En los cementerios parece que en verdad el alma es inmortal y se perpetúa.
¿A dónde van cuando no es día de muertos?
¿por qué entienden que ese día reciben?
se abrirá un espacio entre el aire y la noche
donde emerge un lugar para que los vivos conversen
los ángeles traigan el te o los demonios la comida
o hay una mesa para los muertos que se recarga sobre los vivos
quizá ningún día están allí.
Ven la inutilidad del esfuerzo que hicieron
desde algún lugar secreto para el hombre
se ríen y se van con las manos cruzadas tras la espalda
reconociendo la gran pérdida
de la invención de la fábula y la ingenuidad de creer.
Quizá un día son ellos quienes nos visitan
tras ladrillos y maderos que hemos inventado para dormir.
Ellos están allí esbozando una gran sonrisa
sin saber que nosotros también los miramos.
¿En una ronda de muertos y vivos cuál será el muerto?
*
Mi voz apesadumbrada se llena de dunas donde brota la arena como si allí hubiera nacido.
El sol se repliega ante mi vista.
Veo a todos mis muertos, sus ausencias y todos los sueños que nunca debieron existir
porque el sueño lo vivimos y lo demás son pesadillas.
Los ojos son tan anchos y el corazón tan grande
como este llano que algún día estuvo en llamas
quieren incendiarle pero él les incendia de pesadillas
no se atrevan a tocarle.
Ahora te entiendo Dulce María Loynaz hay que amar tu tierra
y trabajarla como Zapata... aunque sea con letras.
Porque aunque mis letras para los hombres de mi tiempo poco valgan
la arena que brota por mis poros me llama a incendiarme en ella
y en sus mares y montañas y en todos los que colmamos esta extensión del mundo.
El corazón nos llama y nosotros acudimos a escucharle.
Mientras un país tenga quien le cante
ese país tendrá esperanza y también sus hijos y sus padres
y el mundo aprenderá a amarse por encima del incendio
a colmarse con los ojos abiertos y la guerra bien errada.
Pensaremos en Symborska hablando al Eclesiastés: ven, que yo
te mostraré todo lo que aún hay bajo el sol.
Aunque cita fidedigna o no
qué habrá dicho Shakespeare y lo que las ediciones y traducciones se llevaron.
Mi voz ha recuperado el canto de siglos
por ella hablan rostros que a través de la hoja tiemblan.
Si se quiere que algo exista hay que nombrarlo
y yo me nombro y nombro a este país mundo a un tiempo
en que se embriagará no sólo de risa y llanto sino de luz
dentro de ella respiraremos como por el costado hambriento de Dios
antes nos comía en oscuridad
ha perdido el miedo y se dejará alumbrar
-nos seguirá comiendo-
pero podremos verlo.
Poemas del libro Ronda de muertos. Editorial Andrógino/VersodestierrO. Ciudad de México, 2005
jueves, 28 de octubre de 2010
Jadea un tic/tac/tic/toc
un vacío/extraño/
una acumulación/de dolores/
la incapacidad/para vivir/
para/entender/
es/alarmante/
ajena/ajena/ajena/
con una ajenitud/que no pertenece/
a nada/
a nadie/
soledad/humanamente/absurda/
sensación/despojo/abandono/
un tic/tac/interminable/profundo/
jadea/en mis entrañas/
la niña/escondida/en lo abisal/
asustada/de nuevo/sorprendida/
de ver/el sol/la luna/
cuando todo/debería/
haber/terminado/ya
domingo, 24 de octubre de 2010
Te regalo mis cobijas y mis risas
mis risas/
hago resonar/
nuestra risa/
en tu corazón/
aparta/
tu tristeza/
no dejes/
que se acerque/
tanto/
soy eso/veneno/
que desbarata/todo/
///yo/// muy lejos/
derribaste/
nuestros caminos/
pero hay cientos/
miles/
millones/
de lugares/
para caminarse/
te regalo/mis cobijas/
te regalo/tus risas.
sábado, 23 de octubre de 2010
MANOS
viernes, 22 de octubre de 2010
Pa quien no sabe: "Crónica de una muerte anunciada" "Un tranvía llamado deseo" y "Cuatro cuartetos" los escribió... tarán.. José Emilio Pacheco!!!
No amo mi patria.
Su fulgor abstracto
es inasible.
Pero (aunque suene mal)
daría la vida
por diez lugares suyos,
cierta gente,
puertos, bosques de pinos,
fortalezas,
una ciudad deshecha,
gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas
-y tres o cuatro ríos.
miércoles, 20 de octubre de 2010
hambre
Tengo hambre. Siempre he tenido hambre. Como tod@s nací con hambre. No sé si tod@s sigan con Hambre. Nada ni Nadie ha podido saciar mi hambre. Ningún cielo, ningún infierno, ningún sueño deseo o pesadilla. Nada. Ninguna ignorancia, ningún conocimiento ha sido paliativo para mi Hambre. Nadie. Tengo Hambre. Hay quienes se acostumbran a vivir con hambre. Esa es la peor de mis hambres. Acostumbrarme al Hambre. No me resigno. Seguiré hambrienta. Seguiré en el Alambre.
domingo, 3 de octubre de 2010
INVOCACIÓN A MARINA/NON SERVIAM/A QUIEN PRETENDA///ROMPERME///
Un poema de Marina
El poeta
" El poeta trae de lejos la palabra.
Al poeta lo lleva lejos la palabra.
Entre sí y no, por baches indirectos
de parábolas, signos, planetas,
hasta lanzándose desde el campanario
agarra un garfio, pues el camino del cometa
es el camino del poeta. Casuales eslabones
ése es su enlace. Mirar las estrellas
de nada sirve! en el calendario
no se pronostican los eclipses del poeta
él es el que desordena los naipes,
falsea el peso y las cuentas,
el preguntón en el pupitre,
el que a Kant para el arrastre deja.
El que en el pétreo foso de la bastilla
es como un árbol que crece en su belleza...
aquél de huellas siempre desaparecidas,
él que es el tren al que cualquiera
llega tarde,
su camino es el de los cometas.
El camino del poeta arde pero no calienta,
arranca pero no cría, estalla y se quiebra.
Tu camino es el de enredadas cabelleras,
no pronosticado en el calendario del poeta. "
jueves, 23 de septiembre de 2010
Fragmento de Instrucciones para un descenso al infierno
El hombre, como un gran árbol,
se resiente con las tormentas.
Brazos, rodillas, manos,
demasiado rígidas para el amor;
como el árbol que resiste al viento.
Pero lentamente despierta,
y en el bosque oscuro
el viento separa las hojas
y la bestia negra sale con estrépito de la cueva.
Amor mío, cuando digas:
"Aquí se desató la tormenta,
aquí estuvo ella,
aquí la bestia fabulosa",
¿contarás también
cómo nos besamos por vez primera con labios cerrados, asustados,
y nos tomamos de las manos, temerosos,
como si un pájaro durmiera entre ellas?
¿Dirás:
"Fue el pequeño pájaro que me atrapó"?
Doris Lessing
miércoles, 15 de septiembre de 2010
Extracción de nación: buscar el Edén
Ayer, 15 de septiembre. Pocas ganas de levantarme. Mi cuerpo era una nuca completa adherida al suelo del colchón. Encrucijadas: ¿hoy es día para festejar? ¿Y sino festejan, entonces qué les queda? en una ocasión, cuando me quejaba agria sobre el país, la situación, la inconciencia de los demás, en fin... un amigo se me quedó viendo y me dijo: ah... así que tú quieres que ellos estén como tú... ¿cómo? así, cuestionándose todo... sin poder estar del todo tranquilo nunca. ¡No! no quiero que estén así, conmigo me basta. Y así es. A mi alrededor hay gente de to y pa to. Unos festejaron, otros se avergonzaron, otros iracundos, indignados, otros soñándose Adelitas, Hidalgos o Zapatas. Sino fuera porque aún hay seres en el mundo que me mueven, porque aún hay cosas que me gustan, que me atraen, sino fuera porque aún me enamora este mundo, el día de hoy hubiera permanecido acostada. Sin mirar ni al viento. Escuchando a lo lejos los gritos, las tamboras, los mariachis, los cuetes, las expresiones de júbilo porque tienen cuatro o cinco días libres. Entonces entendí: están festejando el puente. Este presidente que tenemos no es tan tonto. O tiene asesores un poco listos. Sino fuera por este gran puente vacacional... quizá muchos no estarían brincoteando como ahora lo hacen. Qué hago... salgo con mi carnaval funesto a derrumbarles las pocas alegrías que aún les quedan. No. Conmigo tengo. Yo no tengo nada que festejar y ese es mi problema. Me quedo con el pico cerrado. Me mantengo alerta mirando al suelo de la patria enrarecerse. Miro resquebrajarse los cimientos. Hay algo que ya no somos. Hay algo que nunca hemos sido, y que sería el tiempo ideal para hacerlo: verdaderos mestizos. Un mestizaje real. Desde hace años salía yo con mi garganta a punto de quebrarse, resquebrajarse, con el cuerpo recto sin permitir que se derrumbara. Salía, Cassandra, para anunciar esto. Para que vieran lo que sucedería. Mi garganta no se quebró. Mi voz sigue llena de visión. Mis manos aún están abiertas. Mi cuerpo continúa con vida. Cuántas veces he querido abandonar este país. Irme lejos, donde la realidad no fuera tan funesta. Y ahora que la realidad es tan aplastante, tengo cierta tranquilidad. Me gusta que haya sucedido lo que preveía. Me gusta, quizá por cuestión de ego, de decir: "yo lo dije". Por supuesto que no he sido la única. Muchos, muchas, lo hicimos. Me considero como un animal que percibe el tsunami. Corrí a destiempo. Mientras todos se preguntaban: ¿qué le pasa? ¿qué traes? y ahora lo que me pasaba y lo que traía ya no me pasa a mí, sino a la mayoría de la población. Antes todos o casi todos festejaban a mi alrededor. Ahora no. Se han dividido profusamente las visiones. Y yo me quedo aquí, como el enterrador de Hamlet mirando la calavera del bufón. Recordando los tiempos en que a este país casi todo le caía en gracia. Todos aquellos que se manifestaban, que urgían que algo estaba pasando, eran sólo "agitadores sin nada mejor que hacer". Recuerdo que en las marchas siempre nos mandaban a trabajar. He dejado de marchar. He dejado de callar las fiestas, de enojarme porque otros bailan mientras el país se derrumba. Nunca me ha gustado juzgar. Puedo comentar, vacilar. Pero no determinar. Recuerdo que en una ocasión quise callar a alguien frente a Elena Garro, era una investigadora literaria. Y me indignaban sus opiniones tan facilonas (ante mi punto de vista) y de pronto le dije: no... tú no puedes hacer eso, no puedes pensar así. ¿Verdad, Elena? y según yo como un buen gato, había pronunciado las palabras correctas, merecía una felicitación y además apoyo para mi postura. Elena de inmediato me dijo: Ella puede pensar lo que quiera. No le debes imponer nada a nadie nunca. Claro que he terminado imponiendo en más de alguna ocasión y he tenido que tolerar lo mismo de otras personas hacia mí. Pero en general procuro no hacerlo. Así que no puedo juzgar a los millones de mexicanos que trabajan en horarios de oficina, o en trabajos agotadores y que perciben salarios miserables. En una nación en la que se asesinan a diario de forma muy violenta. Donde caminan las mismas calles y hablan el mismo idioma, asesinos y muertos. Probablemente cada familia en este país ya vivió el secuestro de algún amigo o familiar. Después de que algunos tenían como su mayor orgullo a su conocido o amigo narco y ahora es o debe ser su mayor verguenza. En un país en que los salarios, las prestaciones, la calidad de vida sigue siendo baja, no me atrevo a decirles: ¿y por qué festejan?. Además al mexicano todavía le queda un poco de eso que lo ha distinguido: danzar sobre la muerte. Un zapateado sobre las tumbas. Y no las del Pére Lachaise o Montmartre, que son visitas obligadas en París de cualquiera que haya leído más de un libro, incluyéndome entre esos cualquiera. No. No son esas lindas tumbas de seres trascendidos que puedes encontrarlos a través de un mapa. Hablo de los panteones donde los perros se abalanzan sobre los huesos, de los tristes panteones del tercer mundo. De los panteones de países como Colombia y México. Las calles panteones de estas naciones. Supongamos: en una calle de alguna ciudad mexicana mataron a tres, al día siguiente ya estarán comiendo tacos de nuevo sobre esa calle. Ninguna culpa tienen las bocas, ni las calles, ni los tacos. Quién o qué tiene la culpa: los huesos por existir, la carne por morirse, el embrión por venir a nacer a una nación como esta, o los panteones por su existencia. Tan fácil que sería que todos los cadáveres se quedaran, como se quedan, en cierta forma, a través de pequeñas cruces o llantos familiares enredados en las calles. Que tuviéramos que saltar literalmente cadáveres. Una de dos: o nos estremecía y entonces sí nos poníamos entre todos a buscar soluciones, o nos acostumbrábamos y jugábamos Rayuela brincando sobre cada cuerpo. Y entonces Cortázar aparecería con todo su rostro de niño grande hablándonos de París. De la maga. De Oliveira. Fugarme a los libros. Esconderme de la vida. Hacer un pacto de sangre de nuevo con las hojas. O acudir de nuevo a la Pacha Mama. Enredarme como barbacoa en hojas de plátano y que me pongan al fuego, que me entierren aunque sea un rato para que mi carne termine de cocerse. Multiplicarme como los peces, como el pan, para que este pueblo donde se me ocurrió nacer tuviera pa tragar. Tragarme yo misma. Devorarme. Pero cocida. Así cruda no puedo comerme. Mi carne arroja sangre por todas las vértebras. Esto me recuerda la primera vez que vi a un campesino en huelga de hambre. Fue en los portales de Morelia, Michoacán. ¿Qué acto injusto se había cometido contra ellos? no lo recuerdo. Pero el hombre moreno estaba dentro de una casa de campaña. Metí mis narizotas. Le pregunté qué le pasaba. Él con un poco de voz me djo que si yo era periodista. Le dije que no. Sus poros exhudaban sangre. Me sentí identificada con él. Pero me sorprendía que existiera gente así. Yo consideraba que a mí no me habían dejado elegir. Que simplemente había sido hecha para exhudar sangre. Y peor tantito, porque nadie lo notaba. Ni siquiera tenía una casa de campaña. Aparentemente tampoco una causa clara. Nunca he pertenecido a ninguna ONG. Nunca he formado parte de ningún grupo que pelee por tal o cual cosa. He sido mala luchadora social. Porque yo no quiero dar la vida por nadie. En lugar, quiero que más gente continúe viva, y baile, y cante. Después entendí que a este campesino, a este hombre, le sucedía lo mismo: que tampoco tenía opción. Que en países como este no es mucho lo que se puede elegir. A pesar de esto, me gustaría que los niños y adolescentes de este país no tuvieran que despertarse cada día escuchando que aparecieron otras cabezas en tal o cual lado, o que los encobijados o entambados, o que una balacera, o que secuestren a su tío, o a su padre, o a ellos mismos. O que no tengan más opción que organizarse en la delincuencia. Otra encrucijada: si salgo y les digo, les grito, les azoto... ¡cómo se atreven a festejar! Entonces... ¿las muertas de Juárez resucitarían? ¿habría más empleos? ¿el presupuesto destinado a cultura sería mayor? ¿habría mejores películas y mejores libros? ¿habría mejores hospitales? ¿escuelas multiculturales por todo el país? ¿las mujeres dejaríamos de ser vistas como carne a perpetrar? ¿los niños podrían ser niños sin tener que ver todos esos periódicos y noticieros llenos de sangre? ¿los salarios aumentarían? ¿los países desarrollados dejarían de ejercer su poder aplastante sobre nosotros? ¿el sol saldría de otro lado, la luna se vería por fin completa y las estrellas estarían tan cerca que podríamos colgarnos de ellas para irnos a pasear a otra ciudad o país? ¿me dejaría de pesar todo el cuerpo como si fuera una nuca atada a la tierra cuarteada? no. no. y no. Y me disfrazo entonces de Carnaval Italiano, y festejo mi silencio. Mi piquito cerrado. Y no porque callada me vea más bonita (que es una expresión que deploro) sino porque logré no burlarme de nadie que en este país quiera festejar. Y nadie se ha burlado de mi encierro. Descubro que necesito extraer la piedra de la nación. Tal como Hyeronimus Bosch extrajo la de la locura en una de sus /pinturasvisiones/// visioneslienzo/ ¿Locura y nación comulgan en algún instante? /locura= nación///nación=locura/
Llego a la conclusión: no más ideologías ni fronteras. No me considero mexicana. Ni siquiera humana. Soy un animalito que por alguna razón equivocada ha tenido que venir a coexistir a este planeta. Y lo ha encontrado muy bonito. Muy lleno de cosas raras y excéntricas, como tener que pensar en un país o en una nación o en una fiesta o en dos. Tener que ser libres cuando en sí mismos lo somos. La mayor libertad es amar. Y eso fue lo que me despegó de la cama, y lo hizo de tal forma que aún siendo casi otro día, no puedo conciliar el sueño. El impulso de seguir viva. Respirar el mismo aire que respiran en este momento en cualquier país o continente de la Tierra. Hoy tuve entre mis manos tierra roja. Me la tragué. Extendí el pacto del papel a la tierra, puesto que el papel viene de la madera y la madera viene de la Tierra. Y comprendí más allá de lo que siempre he comprendido, que todo está interconectado. Y que si polvo soy, quiero ser por lo menos un polvo que canta. No quiero ser el pinole que atasca las lenguas y no permite hablar con fluidez. Quiero que todo y todos hablen y callen cuando les dé la gana. Quiero que me sigan dejando hablar y callar, cuando mi nuca lo decida.
jueves, 2 de septiembre de 2010
Loco afán
Es afán de locos robar fotos
del álbum familiar
es afán de los olvidados
los que se quedaron sin nada:
“un día fuiste feliz”
“un día perteneciste a una familia”
“un día fuiste delgado delgada grande pequeño”
“un día alguien te recordó a alguien recordaste”
En ese afán nos afanamos por dejar de afanarnos en buscar
el álbum el recuerdo el vestido el pantalón
el silencio se apoltrona en nuestros huesos
las fotos adheridas al plástico antiguo se nos revelan.
No son fotografías para ver en computadoras en dvd o en el móvil
son esas, las que se arrancan con dificultad de años adheridas
como si la piel despegara en tiernas heridas
preparándose para partir olvidando los amores el deseo
las sábanas también mojadas inmóviles nuestro sexo derritiéndose
despegándose al hueso de donde un día partieron todos los impulsos gritos alegorías
y placeres que esas cámaras tampoco captaron.
Que estas cámaras tampoco captarán.
Ese nimio instante efímera que se vuelca sobre los cumplir años
donde aparece el pastel la vela los que te querían a los que querías
hasta a los que no, la usanza de la época los peinados las risas
que parecen haber pasado de moda pero los cuerpos estáticos
prendados de la vida de la foto del álbum de la familia
desde tu cama de enfermo los miras al desaparecer.
Esas fotos nos dejaron para siempre sin enfermar sin envejecer.
Retrato de Gray desde donde ahora caes como si el clavo que te sostenía
en equivocación de manos lo hubieran despegado.
La pared nueva hay que pintarla el cuadro viejo, hay que cambiarlo.
Y tú en tus fotos alardeando juventud.
Es afán de locos, afán de locas, hurgar álbumes familiares
creer que los conoces, que te conocen, que te conociste que fuiste.
Afán de locos hurgar en las tumbas en las camas de enfermos
en el quedo mirar de los viejos en el callado recuerdo de la piel
que un día fue joven en la espalda recta los senos el pecho erecto
los pasos rápidos y las palabras que se muerden por no encontrar
la boca de la que provenían.
Afán de locos, afán de locas, buscarse en fotos.
Pero lindo afán afanarse por encontrar la vida en algún lugar.
Esas fotos desde el papel impreso te recuerdan lo brillante
brillo que dormía al sol a la luna a los astros todos
desde las palabras virginales palabras soeces sorprendidas digeridas
que como fuente emergían del plato de la mesa donde la madre contaba tus plumas
tu padre te aleccionaba al vuelo y tus hermanos hermanas brincaban
sobre la gelatina del papel sumergido.
Ah, qué afán delirante el buscarte entre las hojas del álbum
entre las hojas de aquel árbol que desde tu cama de enfermo miraste.
Descubrir si tu paso es aéreo o eterno
si es verdad la luz de la que hablan
correr al círculo donde el chiquitín del Gigante egoísta te recibirá
para que todos tus paraísos tus sueños que se marchitaban en el álbum
se te cumplan todos.
Entre flores blancas, rojas, moradas, amarillas
coronas y cruces que el hombre dispone para el que se va,
emerges a la tierra sorprendida.
Tus viejos ojos son nuevos
tu cuerpo límpido y cristalino atraviesa los vidrios del aire
para encontrarse con esos clavos con esa risa con ese amor
que nunca ninguna de tus fotos pudo retratar.
(De Callado, Cayado. 2001-2004)
sábado, 24 de julio de 2010
Máscara de cuerpo completo
la descuelgo de mi rostro
la arranco de mis senos
de mi sexo
la extirpo de entre
los dedos del pie
la despojo de mi espalda
y la cuelgo en el armario.
A veces me pregunto:
¿Habrá que lavarla?
martes, 20 de julio de 2010
Paul Celan "Todesfuge (Death Fugue)" Holocaust Poem Animation
Paul Celan
Madre mía, pienso que tú eres una madre
como lo era la madre de Paul Celan...
¿Madre mía, cómo es posible que asesinaran a tantas madres?
Madre mía, ayúdame a comprender
cómo la mano se vacía sobre el agua
cómo una gota puede correr sobre el corazón de la rosa y dejarla intacta.
Enséñame la diferencia entre una gota y otra que caen de distinto lacrimal.
Madre mía, Paul Celan tenía una madre.
Madre mía, Paul Celan tenía un padre.
Padre mío, dime cómo siendo Padre
permitiste que a tus hijos Padres
que a tus hijas Madres
un viento las condensara.
¿Es que tú no existes Padre?
¿Es que tú no existes Madre?
Por la madre, el padre, y el hijo Celan
Oro
Oro por sus versos
Oro por sus llantos
Oro por tantos
cuerpos incinerados delgados que como llagas se elevan bajo tu sombra.
¿De cuáles sombras brota tu sombra?
¿Bajo cuál luz tus ojos dejarán de ser oscuros?
¿Cuántas Madres y Padres yacerán bajo tu yugo?
¿Cuántos hijos caminarán bajo el espectro que no alumbra y sin embargo seca?
PADRE MÍO
¿Es que tú escuchas el llanto de mi Madre que bajo su propia sombra se acurruca?
Madre, hay muchas Madres y Padres que caminan bajo el sol...
¿Es bajo el sol que asesinan?
¿Bajo la miopía de la luna?
¿O es que el Padre y la Madre se quedaron tuertos y sólo a ellos se alumbran?
Es que está quieta la Tierra
mira en silencio el derrumbe
nadie calla y nadie grita
sólo los cuerpos derrumbados en polvo
entregan su cuota
para que alguien un día, se arroje
sobre el río
-a buscar-
no un guijarro sino la gota que cayó
sobre una rosa
-que fueron siete-
¿y que sobre un poema nos alumbran?
Madre, Padre
coloquen sus cabezas bajo la luz de Celan
que en versos nos alumbra
bajo la penumbra de su corazón.
Es a nuestro pueblo grande a quien canta
aunque otros se empeñen en diferencias
a fuerza de desgarrar gargantas y entrañas
digan –esto es distinto-
Y sólo sea una Madre y un Padre
de un Celan -Antschel- quienes cayeron.
¿Madre, a cuántos asesinan al día?
¿Padre, quién no era tu hijo?
Del plaquette Poemas para Poetas. Colección El Celta Miserable.
Ed: Letras de Pasto Verde, 2007
sábado, 17 de julio de 2010
lunes, 12 de julio de 2010
KAREN VALLADARES. POETA HONDUREÑA
Mis ojos no son ya aquellas calles solitarias y muertas,
la piedra que golpea la tibia mirada que no observa.
No son los trenes que avanzan cargados de gente,
sin nombre,
sin cuerpo,
sin sombra,
sin sueño y sin amorío.
Mis ojos ya no cruzan la soledad,
aquella flor vacía que cae lento en cualquier agujero.
Ya no son lunas y cielos deshojados.
Ya no son
lágrimas, ni dolor.
Ni agua que se pudre en otras aguas.
Mis ojos
ya tienen un color y no precisamente el de la noche.
Me vale verga todo
A: Mayra
No me angustia este poema triste, porque de verdad no me importa la tristeza,
así como tampoco me importan las canciones de despecho,
las canciones asesinas.
Hay temporadas en las que me hartan todas las cosas,
el amor, los vestidos y los accesorios; las voces
y los malditos amigos.
Empiezo a creer que es necesario morir de vez en cuando,
sin importar que nos extrañen.
Me entierro sola.
Te entierro sola
donde se pudran las estrellas y se cuajen los cielos de aburrimiento.
Pienso reivindicarme, reivindicar y matar a aquel cabrón
que un día me jodió la existencia con la suya.
Ya nadie quiere vivir en esta mierdisima vida de angustia y rutina.
Hay que crear un fin del mundo pronto
y poner como regla tácita y expresa: jamás volverá a existir ningún génesis.
Porque estoy segura que nadie quiere volver a vivir
y ser el mismo
Viene llegando la tarde
La tarde viene llegando,
sombría,
opaca,
media muerta.
Mi casa no tiene jardines, ni sol, ni sombra en los patios.
Ni voces en los pasillos. Me hiere profundamente la soledad de
las persianas
y todo el silencio me ahoga.
Aquí soy yo, allá, en otro sitio, me convierto. No sé en qué, pero
lo hago.
Aquí no vienen las palabras todos los días
o solamente los domingos.
Aquí no hay poesía en ningún sitio. Nadie olvida la distancia y
sus colores bipolares.
Aquí nada vale. Todo ha muerto. El silencio ha vuelto a
posesionarse de mi boca.
He amanecido sin querer a nadie. Voy yendo despacio a
cualquier parte donde mi voz reconozca tu nombre. Hay un
charco de silencio afuera de la casa ¿Y qué digo entonces? ¿Qué
pienso entonces?
La tarde no refleja nada.
Viene llegando la tarde: oscura, solitaria.
Viene rugiendo, como si en verdad fuese un monstruo.
Karen Valladares. Poeta, escritora, gestora cultural, critica de literatura, abogada. Obras publicadas: Ciudad inversa, y publicaciones en diferentes periódicos del país nacional y extranjero, antologada en: Sociedad Anónima, Honduras, 2017 nuevos poetas contemporáneas de América latina, miembro fundador del movimiento de literatura poetas del grado cero, ex miembro del grupo taller Máscara suelta, y del taller literario Edilberto Cardona Bulnes, miembro fundador y coodirectora de la revista de literatura Metafora, miembro de
domingo, 11 de julio de 2010
Para Tadeusz Rósewicz (Radomsko,1921)
Tadeusz
Sí es posible la humanidad después de la Soah, Tadeusz
sí que es posible con tus viejas hermosas Rosewicz
sí que es posible la humanidad después de Acteal
después de Hiroshima después del GULAG después de Irak.
Sí que la humanidad es posible mientras existas
mientras la flor palabra no se marchite
mientras los árboles y los niños sigan brotando de aldeas y ciudades.
Sí que es posible la humanidad querido Tadeusz porque la humanidad
también es la Soah y antes y después
porque la humanidad es la sangre.
Bulgakov ha dicho: donde la sangre cae crecerán viñedos.
Tan sólo es posible la humanidad y el humano
mientras exista el vino y nos lleve a los tiempos iniciales
donde a las mujeres los hombres nos arrastraban
nos comíamos entre nosotros y ni moral ni religión ni sueños ni muerte
existían.
De eso hace siglos tantos que ya olvidamos que un día empezamos
sobre la Tierra que aún no terminamos
y que la humanidad es posible mientras un humano sangriento cruel veraz
amable viejo hermosa silencioso pequeño gigante insincero o bocaza
exista.
Siempre la humanidad es posible después de antes de primero que último de
porque la humanidad es la caída de la gota silenciosa
la gota primera donde la fuente se deshace y de allí nace
el humano. La humanidad es una cuestión primera de dos
donde nace otro o más.
La humanidad está en la cama en el lecho de los jardines automóviles o pisos
de allí crece y se vuelve menos o más humana.
Pero la humanidad es el nacimiento el abrir las piernas nacer en medio de sangre
cubiertos en sangre desmantelados en sangre.
Y lo primero es lo último, irse también en sangre, animales yertos
con ojos oblicuos mirando de nuevo a la humanidad.
Lo atroz no es la Soah ni la guerra ni los delirios colectivos ensañados.
Lo brutal es no darnos cuenta de cuánta sangre llevamos de cuánta saña.
La humanidad completa es el GOLEM. Una parte de nosotros accionó en la Soah
otra parte de nosotros reacciona ante la flor y la palabra.
Toda una parte de mí se conmueve ante tu CUENTO SOBRE LAS VIEJAS FEAS
mientras toda otra te responde: es posible la humanidad mientras poetas como tú existan.
Del plaquette Poemas para Poetas. Colección El Celta Miserable.
Ed: Letras de Pasto Verde, 2007
Carta abierta a Shakespeare
Querido Hamlet:
La miríada de insectos te consumía.
Ay, pequeño Hamlet, creías
que el Olimpo estaba en la tierra
que los pasos son tan altos
como el aire que consumen.
Ay, pequeño príncipe-Rey
a veces me miro en tus ojos
y descubro la inutilidad del alba
la destreza de la noche
para consumir todo lo que brilla.
El juego era más pequeño, más quieto
un pequeñísimo juego para un pequeño
príncipe un pequeño rey una pequeña reina
un pequeño mundo: Éste.
Te creías en el campo de los gigantes
que vivías un tiempo maduro
donde los frutos tenían que crecer y consumirse
sin ser devorados.
Ay, pequeñísimo Hamlet fruto de Shakespeare
fruto del fantasma del hermano y la cuñada
tanto has existido que de la mano del gran poeta
has contado tu historia.
La historia de los que miran de tú a las estrellas
no cabe en un mundo tan pequeño
en lugares con mirar tan estrecho
en caminos que del alba al despertar desaparecen.
Tú, mar tormentoso que te deshacías en Dinamarca
en Inglaterra en el viaje tortuoso de la dignidad
que le apostabas al aire como si el aire
en su complicidad espantosa con el árbol
no arrancara las raíces completas de las cabelleras
no se atreviera a azotar los más límpidos cabellos de Ofelia.
Ay, mi queridísimo pequeño Hamlet
tus pasos tan grandes en tan pequeñas parcelas de tierra no cabían,
tus lanzas coloradas tu sangre envenenada
envenenar quería al globo terrestre.
Los venenos que aquí se consumen son tenues
bifurcados bien señalados por los orificios de los oídos.
Tus grandes venenos, que compartes con el poeta, ésos, los sueños,
aquí no caben, porque este es un pequeñísimo juego
que a diario se juega en campo llano en estadios repletos
de quienes gritan porque otros van tras la pelota.
He allí el juego verdadero, el que tú, Shakespeare,
el que tú, Hamlet, no sabes jugar: el fútbol.
El correr unos contra otros, coludir con árbitros
involucrados con quienes alrededor arracimados
se desgañitan y desgarran, por lo que algunos hasta se matan.
Ah, príncipe, cómo matar por un reino cómo llorar por un muerto.
Ah, poeta, cómo hablas del amor, del odio, de los celos, de incomprensión
si este mundo es tan pequeño, pequeñísimo, que el mundo entero
se juega por una copa de fútbol.
Del plaquette Poemas para Poetas